...el detalle, el suspiro...

miércoles, 10 de febrero de 2010

Canto IV, Tríptico Deleitoso, Tabla Central


¡Allí queda la gran laguna central,
la procesión de ingentes formas,
del mago la negra magia,
un gran coliseo inmortal,
de barro y oro,
de algo sano disfrazada!

¡Oh, mira los castillos de curvas,
las perlas del reciente neonato,
el viento con alas de Pegaso,
el jardín de la quimera desfalada,
la cabeza de rana del cerdo,
el amarillo ungüento de la nata!

Y ¿Quién vigila estos pecados?
Ni el tiempo, ni el alado mar,
tampoco Amor, con su crin blanca,
Ni Júpiter, ni su hijo resucitado,
caballos de cera,
madera y estaño.

Mas, quien aquí llego,
derecho tiene a respirar el aire
comer todos los frutos del fraile,
mas no del centro su calor,
árbol de plata,
árbol del centro.

Haya los rinocerontes y sus cuernos de bronce,
las ninfas, las aguas y las sirenas,
los peces alados y sus fonemas,
los ríos y bosques del poblado monte.
El llanto de espumas
de unicornio informe

- ¿De dónde vienes extranjero,
que tu sombra atada a ti conservas,
como si se tratase de un dulce collar,
cuando no es más que un estorbo pasajero,
de una vida llena de pasiones,
de pecado y de celo?

- Es la vida que me trae aquí
antes que de morir llegase mi tiempo,
cual inmortal poeta conseguir del barro oro,
al ver las plantas que aquí tienen raíz,
alimentadas por estas aguas,
de este jardín.

Pero vuestro nombre desconozco
y aun así desmiento tu belleza,
ya que tan rauda vida, con tal delicadeza
gasta la virtud y eterniza lo tosco,
hallando en la eterna balada
tan vana alegría.

¿Qué daño hiciste a los infiernos
que al no vivir insanamente
un cuidado demonio, honestamente,
no te quiere alberga en su averno?
¿Acariciaste lo sano,
cuidaste en salud?

¡Qué mortal y cruel desvarío
el no aprovechar, como de la luna,
la cara oculta de vidas y espumas,
dejar tus actos en vulgar río,
olvidar las sierpes infectas
con la prisa de sus cuerpos!

- Osadía veo en aletargar tu acto,
deja a un lado tu sombra que
bien se nota su compañía pues
osadía veo en quien habitó el Parnaso,
conserva el sendero y no el camino,
diferente laguna traerá tu ruta.

Que diferente barquero tu corazón enfrente
deseo con luz de un mundo cabal,
para así distinto acto tu cuerpo soportará.
y recibirás, para ti vana, la gloria del omnipotente.
descrita en fuego
por su contrario ardiente.










No hay comentarios: