...el detalle, el suspiro...

martes, 29 de septiembre de 2009

lunes, 28 de septiembre de 2009

Cronología Por Caótico y Trovador


(Discurso completo del cortometraje "Crono")

5
¿Han soñado alguna vez con viajar en el tiempo? Las sombras se disipan en la imaginación, como en esos días en los que la luz del sol da de lleno en una vieja y olvidada torre del reloj, de la que nada entendemos, que nada alberga, y que todo lo destruye con su aguja.
Señores, nos estamos consumiendo.
La vida poco a poco se va, somos pasto del olvido, apresados en esa ruleta que gira al son de una olvidada melodía, de la que es reina la diosa fortuna. Señores, si se dan cuenta nada entendemos. Estamos aquí, y ¿Qué? El tiempo con sus juegos de azahar manipula nuestro destino, nos roba nuestra libertad y nunca, nunca para.
4
Imagina despertar un día tirado en el banco de un mullido parque, a las puertas de la ya mencionada torre, torre del tiempo, torre del reloj. Ves la puerta entreabierta, y, valientemente, te decides a entrar. En su interior te esperan unas gastadas escaleras, desechas por la brisa de los años, desechas. Y subes agarrado a una barandilla que, como a todos, el tiempo no dejo atrás, y ahora arde con un fuego interior solo forjado por los años. Ves como el tiempo corre bajo tus pies, como explotan los minutos, como la gente llora.
Entonces la cima esta bajo tus pies.
3
Mira, siente, piensa. Tienes el mecanismo del tiempo junto a ti. Te abrumas. No sabes si tirarte, o lanzar una sonrisa.
Podríamos llamarlo cronología. Te planteas como funciona, como pasa tu vida, como la destruyen, la crean, la pisan y la vuelven a crear. Sabes que te molesta cumplir años, que sufres cada vez que soplas las velas, porque cuando se consumen, sabes que te están acercando más a la muerte. Y te sientes atrapado.
Ahora ríe, llora, o sueña.
2
Tratado del odio, tratado del egoísmo, tratados, tratados y tratados. No sabes como vencerlo.
Seguro, queridos espectadores, vuestras mentes ahora estarán dando vueltas sobre como vencerlo. ¿Seréis tan valientes para descubrir la manera de hacerlo? No lo creo, os llevaríais a mucha gente por delante, habríais de ser egoístas, despreciar la muerte, y dar un paso por encima de ella.
¿Saben qué? Las torres del reloj nunca existieron, son normas de este falso mundo platónico. Ni tú ni yo existimos. Ahora mismo no pasa el tiempo. Ni el aire, todo esta parado a mí alrededor. Sin embargo, para ti si pasa, porque todavía no lo has vencido.
1
Aquí tengo la respuesta, en este efímero papel de un sueño. Solo te diré que si tú mueres, solo podrás vivir de una manera dentro de cada una de las personas de esta sombra. Solo de una manera. Adivina, adivinanza. Adivina adivinanza. El tiempo pasa, el tiempo pasa en esta podrida torre del reloj. No sabréis lo que es porque todo arderá con la respuesta, haciendo una funesta alegoría a Cronos
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lunes, 7 de septiembre de 2009

Ardiendo




Estoy quemando unos poemas

Sangran los versos y sangran sentimientos
Sangra la tinta con mi alma escrita en ella

Están ardiendo unos poemas

Apestan de lujuria y de amor
De noches vacías, de versos de plástico
De juegos, de vino, de alcohol
Apestan a tu perfume

Estoy destrozando mis palabras

Quemo mis letras de madera
De corteza, de manzanas robadas
Y arde como una noche sin tí
Con una llama negra, calcinada.

Y me gusta ver el fuego reflejado en mi cara
Destruyendo mi alegría y mí sed
Mis delitos, tus miradas, mis porqués
Consumiéndose en sí toda la rosa
Me duele la cara de tanto llorar
Me da igual que en gotas se caiga
Lo que un dia fueron altas murallas
Lo que fue mi himno y mi delirio
Tu destino, mi capricho

No me importa ya que alumbra mi despacho
El pasillo donde ahora vivo
Entre tu habitación y el laberinto
Porque no quiero salir

Me la pela, me destroza, aunque me encanta
Ya que no paro de reír
Cuando mueren mis suaves notas
Cuando el humo las calcina sin dudar

Estoy ardiendo junto a mis escritos

Nada queda de lo que soy excepto mi carne
No quedan ni mi alma ni me mente
Ahora duermen en las cenizas de una hoguera
Que a medianoche ardía, que a medianoche ardía

Pisoteo las letras, las palabras, los versos,
Las estrofas, los “te quieros” los abriles,
Las dulces majaderías, las reprochables osadías
Quemo todo en arena de mar

Y ya no pienso, ya no soy, ya no existo
Si mi pluma arde yo ardo con ella
Si me escrito muere yo muero con él
Mientras ahora exhalo ya mi último suspiro.