...el detalle, el suspiro...

sábado, 11 de julio de 2009

Mensaje en una botella




No existían las direcciones bajo ese mundo submarino, no existía el sol, ni las estrellas, solo el agua que nos acurrucaba en su inmensa soledad. Solo las olas que apaciguaban nuestros lamentos, y nos llevaban el uno con el otro, mientras algo tan abstracto, raro y real hacía el resto. El cielo nos protegía y no hacía falta nada más. Pero el dulce sonido de las gotas se esfumaba cada cierto tiempo, y nos separaba, y nos arrastraba lejos, muy lejos de nuestros sueños, junto con el vaivén de las olas.
Y llorábamos solos, y reíamos solos, y lo olvidábamos solos, y ansiábamos sin quererlo volver a encontrarnos bajo la llave de ese inmenso océano, juntos, con el vaivén de las olas.

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