A las calles ciegas, mudas, de París,
Culpables de no sabernos retener,
Escribo, hablándoles de merced
Un soneto, mil aguas, que sentí
En un sueño, quizás, te descubrí,
Soñando, quizás, rebelde te amé
Escribiendo “entonces”, te aguardé
Y aún espero aunque, ya, te perdí.
Olvidar el mar, que, a veces, escuchó
Olvidar volar, y quedar en tierra
Olvidarte a ti y olvidar el tiempo
Para sentirte cerca al decirte amor
Y elevarnos altos, dejar la arena
Tú conmigo y el destino ahogado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario