Un canto de tierra seca que mueve los océanos,
debilita y devora teatros y a sus espectadores,
movido por la bruma.
Entonces es cuándo el sol nace y muestra el Símbolo,
como nunca antes nada podía haberlo desdibujado,
como contradicción absoluta.
Entonces es cuándo la noche toda lo invade,
y comienza el sueño, como rezo y canto,
y comienza el sueño, siempre nuevo,
siempre nuevo, como el mar y su espuma.
martes, 9 de marzo de 2010
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