Estoy quemando unos poemas
Sangran los versos y sangran sentimientos
Sangra la tinta con mi alma escrita en ella
Están ardiendo unos poemas
Apestan de lujuria y de amor
De noches vacías, de versos de plástico
De juegos, de vino, de alcohol
Apestan a tu perfume
Estoy destrozando mis palabras
Quemo mis letras de madera
De corteza, de manzanas robadas
Y arde como una noche sin tí
Con una llama negra, calcinada.
Y me gusta ver el fuego reflejado en mi cara
Destruyendo mi alegría y mí sed
Mis delitos, tus miradas, mis porqués
Consumiéndose en sí toda la rosa
Me duele la cara de tanto llorar
Me da igual que en gotas se caiga
Lo que un dia fueron altas murallas
Lo que fue mi himno y mi delirio
Tu destino, mi capricho
No me importa ya que alumbra mi despacho
El pasillo donde ahora vivo
Entre tu habitación y el laberinto
Porque no quiero salir
Me la pela, me destroza, aunque me encanta
Ya que no paro de reír
Cuando mueren mis suaves notas
Cuando el humo las calcina sin dudar
Estoy ardiendo junto a mis escritos
Nada queda de lo que soy excepto mi carne
No quedan ni mi alma ni me mente
Ahora duermen en las cenizas de una hoguera
Que a medianoche ardía, que a medianoche ardía
Pisoteo las letras, las palabras, los versos,
Las estrofas, los “te quieros” los abriles,
Las dulces majaderías, las reprochables osadías
Quemo todo en arena de mar
Y ya no pienso, ya no soy, ya no existo
Si mi pluma arde yo ardo con ella
Si me escrito muere yo muero con él
Mientras ahora exhalo ya mi último suspiro.
Sangran los versos y sangran sentimientos
Sangra la tinta con mi alma escrita en ella
Están ardiendo unos poemas
Apestan de lujuria y de amor
De noches vacías, de versos de plástico
De juegos, de vino, de alcohol
Apestan a tu perfume
Estoy destrozando mis palabras
Quemo mis letras de madera
De corteza, de manzanas robadas
Y arde como una noche sin tí
Con una llama negra, calcinada.
Y me gusta ver el fuego reflejado en mi cara
Destruyendo mi alegría y mí sed
Mis delitos, tus miradas, mis porqués
Consumiéndose en sí toda la rosa
Me duele la cara de tanto llorar
Me da igual que en gotas se caiga
Lo que un dia fueron altas murallas
Lo que fue mi himno y mi delirio
Tu destino, mi capricho
No me importa ya que alumbra mi despacho
El pasillo donde ahora vivo
Entre tu habitación y el laberinto
Porque no quiero salir
Me la pela, me destroza, aunque me encanta
Ya que no paro de reír
Cuando mueren mis suaves notas
Cuando el humo las calcina sin dudar
Estoy ardiendo junto a mis escritos
Nada queda de lo que soy excepto mi carne
No quedan ni mi alma ni me mente
Ahora duermen en las cenizas de una hoguera
Que a medianoche ardía, que a medianoche ardía
Pisoteo las letras, las palabras, los versos,
Las estrofas, los “te quieros” los abriles,
Las dulces majaderías, las reprochables osadías
Quemo todo en arena de mar
Y ya no pienso, ya no soy, ya no existo
Si mi pluma arde yo ardo con ella
Si me escrito muere yo muero con él
Mientras ahora exhalo ya mi último suspiro.
4 comentarios:
Sin duda alguna, no das la imagen de los sentimientos (ardorosos y apasionados) que salen de tus palabras-juntas.
seguiremos en contacto
me gustó la idea, me sobraron versos. El fuego y el agua me ponen ansioso, por eso hoy he encendido un cigarrillo bajo la lluvia.
Sacar la lima, desvastar la madera.
Un abrazo y buen trabajo
Maxi,Maxi, Maxi...¿qué andarás pensando?¿en qué estarás metido?
soy travesti
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